martes, 7 de febrero de 2012

EN LA BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO HUMANO

 
AUTORES:
Argenis Leal jalache2@hotmail.com
Carmen Elena Gallardo Carmen-gallardo@hotmail.com
Sulivia Cerrano sulivia2@hotmail.com
María Gabriela Quintero   marygaby1978@hotmail.com
Yenny Contreras yeiny_1981@hotmail.com






En la edad media la teoría del conocimiento no se consideraba una disciplina independiente, en los textos estaba relacionada como problemas del ser y como la manera de sentir, de pensar y de comportarse; es en la edad moderna que aparece como una disciplina autónoma, en este momento John Locke quien es considerado el fundador de la teoría, publica su obra “Ensayo sobre el entendimiento humano” y además en 1781 se publica otra obra importante para la epistemología como lo es  “Critica de la razón pura” de Manuel Kant.

El acto de conocer se centra en dos elementos el sujeto cognoscente  y el objeto conocido, el primero es el ser pensante que realiza el acto del conocimiento y su función radica en aprender del  objeto conocido; el segundo es quien imprime la imagen en el sujeto y tiene como función ser aprendido por el sujeto.

De la relación de ambos elementos surgen los problemas de la teoría los cuales son: la posibilidad, origen y esencia del conocimiento, así como el criterio de la verdad.

En la posibilidad del conocimiento se generan cuatro corrientes, las cuales son: el dogmatismo que es la actitud para la cual una persona no tiene dificultades para aprender del objeto y se fundamenta en la confianza total hacia la razón humana. El escepticismo tiene una actitud negativa frente al sujeto cognoscente, asegurando que la persona es incapaz de conocer el objeto, sin embargo esto no es completamente cierto, ya que al afirmar que el conocimiento es imposible, expresa un conocimiento. El pragmatismo por su parte considera que el hombre no es un ser especulativo y pensante, sino un ser practico y con voluntad. Esta corriente considera que la verdad es lo valioso y útil para la vida, es decir, la verdad está enmarcada en lo práctico y en el impulso a la voluntad. Por último el criticismo, es la actitud intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo, admite una confianza en el conocimiento del ser humano, más sin embargo examina detenidamente la actividad de la razón humana, lo que supone una desconfianza hacia cada conocimiento en particular.

El origen del conocimiento se da por el sentido, la inteligencia o la unión de ambos; fundamentándose esto en el empirismo, donde la fuente del conocimiento se encuentra en los sentidos, es decir, en la experiencia sensible, tiene sus proyecciones en el campo metafísico llevando directamente al escepticismo metafísico. El racionalismo tiene la fuente del conocimiento en la razón, el conocimiento es real, si es lógicamente necesario y verdaderamente valido, esta corriente tiene su origen en las ciencias matemáticas por su carácter conceptual y deductivo; algunos representantes son de la edad antigua Platón y Plotoni y en la edad moderna están Descartes, Malebranche y Leibnitz. El Apriorismo es la actitud mediadora entre la experiencia y la razón donde el sujeto coordina y construye su propia experiencia. Kant es el autor principal de esta corriente e intenta resolver el problema planteado, su solución consistía en combinar los elementos del racionalismo  y algunas tesis del empirismo, es decir, del racionalismo que  se puede tener un conocimiento exacto y certero y del empirismo que el  conocimiento es más informativo sobre la estructura del pensamiento.

Según Kant, para hacer una ciencia posible son necesarios los conocimientos tanto a priori como a posteriori, ya que los primeros podrán establecer las leyes científicas y los segundos permitirán determinar el contenido de la ciencia. Las forma a priori  que hacen posible el conocimiento son: analítico a priori que es puntual y seguro pero no informativo, debido a que solo aclara lo que está contenido en las definiciones; sintético a priori se descubre por la intuición y es a la vez puntual y seguro, ya que expresa las condiciones necesarias que la mente impone a todos los objetos de la experiencia; además de estas dos, existe un conocimiento sintético a posteriori el cual transmite información del mundo aprendido a partir de la experiencia, estando sujeto a los errores de los sentidos.

La esencia del conocimiento humano visto desde el punto del idealismo metafísico piensa que el soporte de toda realidad son las fuerzas espirituales o potencias ideales; el idealismo epistemológico sustenta la idea de que no existen cosas reales, dejando a los objetos a solo dos clases, es decir, los de conciencia y los ideales, de esto surgen dos tipos de idealismo: el subjetivo que tiene que ver con lo psicológico, el cual dice que toda realidad está contenida en la conciencia del sujeto y el objetivo que tiene que ver con lo lógico, el cual cree que las propiedades no son psicológicamente reales, sino lógicamente ideales.

El realismo va más a ya de los pensamientos centrándose en la realidad de  las cosas, el realismo se da en forma indirecta cuando el objeto suministra los conocimientos al sujeto y en el realismo inmediato el conocimiento humano parte de los más importante para el objeto, por lo que considera que la conciencia humana aporta al conocimiento.

Existen dos tipos verdad  la ontológica y la lógica, la primera está de acuerdo al ser de las cosas, correspondiendo exactamente al nombre que se le da, es decir, consiste en distinguir una realidad como realidad verdadera en oposición a una realidad “aparente”, “ilusoria” “irreal” o “inexistente”; lo que ocurre cuando tomamos una realidad por “otra”, en este sentido afirmamos, es “oro falso” o “falso oro”. La segunda utiliza con referencia al conocimiento en cuanto contenido de una creencia, proposición o enunciado que puede ser “verdadero o falso” según se corresponda o no con la realidad que pretende expresar, es decir, emite un juicio que expresa conveniencia o desconveniencia entre dos idas.

Los criterios de la verdad se dividen en dos, los externos y los internos; con respecto a los externos se hace referencia al criterio de la verdad de la relevancia el cual sostiene que el hombre solo con la razón no puede salir  por sí mismo de la probabilidad, por lo que necesita de la revelación divina, es decir, de  ciertas señales ligadas a la revelación como un testimonio de su verdad.

En los criterios internos subjetivos la  de verdad encuentra en  el propio sujeto que conoce y formula dicha verdad. Son las verdades de la propia experiencia. Es por esto que  Protágoras dice "el hombre es la medida de todas las cosas", y por lo tanto es verdadero aquello que a cada uno le parece serlo. Existen diversos criterios internos subjetivos como son: del instinto ciego, hace referencia al instinto a lo que llamamos sentido común; del sentimiento, como su nombre lo indica parte del sentimentalismo del hombre el cual espontánea e irresistiblemente cree en lo que quiere; del imperativo categórico que según Kant la certeza moral es una creencia.

            El positivismo fue el primer modelo epistemológico que tendió a unir el conocimiento científico; tiene su origen en la filosofía de la historia de Auguste Comte, quien se propuso a formar la sociedad en cuanto al saber y al método.

            En la ciencia el positivismo conlleva a renunciar a todo lo que es trascendental y reduce todo lo averiguado y comprobado, es por esto que se considera que este modelo toma como referencia de racionalidad la ciencia experimental y se fundamenta en hechos o realidades accesibles solo a los órganos de los sentidos y es aquí que desde el punto filosófico se establece una relación del positivismo con el empirismo.

            Auguste Comte resume la significación de los positivo en la ley de los tres estados; el teológico en el cual el hombre explicarlos fenómenos por medio de los seres sobrenaturales y potencias divinas o demoniacas; el estado metafísico donde los fenómenos se convierten en ideas abstractas y el estado positivo que investiga los fenómenos limitad a la enunciación de sus relaciones; lo positivo es un estado total que requiere un orden y una jerarquía. El máximo representante del positivismo es Auguste Comte, cuyo propósito fue verificar el conocimiento científico donde relaciona el conocimiento y la forma de obtenerlo.

            El neopositivismo es una filosofía que nace con la defensa del empirismo y el rechazo de la metafísica, como una orientación unificadora de las ciencias en sus lenguajes y en sus métodos; se centra en el criterio distintivo entre proposiciones sintéticas y proposiciones analíticas; es decir, delimita la esfera del lenguaje que carece de sentido; basándose en esto no tiene sentido las proposiciones que no pueden verificarse de una formas y la empírica, analiza el lenguaje y la realidad a la que este se refiere y las relaciones reciprocas entre los signos del lenguaje; es entonces que en la visión fisiológica del neopositivismo el  mundo de la experiencia queda plenamente identificado con la escala de los significados propios del lenguaje común.

            Es característica del neopositivismo la reducción de la filosofía al análisis del lenguaje tomando tanto de la ciencia como de la vida común del hombre. Se opone a la metafísica y solo acepta como dotadas de significado las proposiciones analíticas e intenta seguir los métodos de las ciencias naturales y las aplica a las ciencias humanas; busca la explicación causal y verifica a partir de observaciones directas de la realidad de los hechos por separado por lo tanto rechaza la universalidad. Tiene una fuerte relación con el empirismo cuando supone la verdad de hecho, siempre que estos estén verificados a partir de la observación directa.

            El neopositivismo denominado también positivismo lógico o neoempirismo, debido a que sus bases están asentadas en las principales tesis positivistas y en la aceptación del empirismo que relaciona las ideas y las cuestiones de hecho, es decir, a priori y a posteriori; también se le denomina Circulo de Viena, porque surge en los primeros años de la década del veinte, cuando un grupo de jóvenes filósofos, matemáticos, físicos y teóricos sociales se reúnen en Viena para discutir problemas epistemológicos y cuyo objetivo era la defensa del positivismo y el empirismo.

            El logicismo sostiene que el lenguaje refleja rigurosamente el pensamiento, por lo que consiste en elaborar un lenguaje que sea apto para comprobar los enunciados proporcionales, todo esto a través de la lógica construyendo tablas de verificabilidad que servirán para el análisis de las ciencias tanto para positivistas como empiristas.

            Las corrientes del lenguaje filosófico son el atomismo lógico, el positivismo lógico y la filosofía analítica reciente;  el atomismo lógico, ve el mundo como un conjunto de hechos aislados e independientes y no como objetos o cosas. En el lenguaje cada hecho es verdadero si se corresponde con el hecho en cuestión, esta corriente hace legítimo el análisis, defiende el isomorfismo, es decir, resguarda la idea según la cual existen semejanzas y correspondencias formales entre diversos tipos de sistemas, en otras palabras con una forma similar; para comprender el mundo considera como única guía el lenguaje de la lógica. El positivismo lógico, sostiene que solo son legítimas las pretensiones de conocimientos fundadas directamente sobre  la experiencia, esta corriente tiene  como objetivos fundamentales en primer lugar dar a la ciencia una base positiva y en segundo lugar adoptar el análisis lógico del lenguaje, de los conceptos de la ciencia empírica, estos objetivos se pretenden alcanzar mediante su particular método científico que constaba de dos factores: la verificación empírica y el análisis lógico del lenguaje. La filosofía analítica reciente está caracterizada por un énfasis en la claridad y la argumentación, comúnmente alcanzadas a través de la lógica formal y el análisis del lenguaje, y por un gran respeto por las ciencias naturales, es decir, el análisis lógico del lenguaje científico o el análisis lingüístico del lenguaje común; con el propósito de esclarecer los conceptos filosóficos y científicos.

            El máximo representante de la falsación fue Karl Popper, la falsación consiste en poner a prueba la hipótesis buscando hechos que demuestren que es falsa. Popper propone un método científico de conjetura por el cual se deduce las consecuencias observables y se ponen a prueba. Si falla la consecuencia, la hipótesis queda negada y debe entonces rechazarse. En caso contrario, si todo es comprobado, se repite el proceso considerando otras consecuencias deducibles. Cuando una hipótesis ha sobrevivido a diversos intentos de negación se dice que está corroborada, pero esto no nos permite afirmar que ha quedado confirmada definitivamente, sino sólo provisionalmente, por la evidencia positiva.
BIBLIOGRAFÍA
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